El eclipse de sol total del próximo 2 de julio ya se anuncia como el evento del año para la región. Es prioritario informar y concientizar a la población cómo debe observarse si no quieren dañar su visión en forma irreversible. Es San Juan la gran anfitriona del evento astronómico del año, ya que cuenta con la mejor ubicación geográfica para apreciar el eclipse hasta su fase total.

Francisco Fornés, en nombre de la cámara de ópticas y afines de la provincia, pone el foco en la importancia que reviste el hecho de que se conozcan masivamente los cuidados a tener en cuenta para prevenir daños que perjudiquen la visión.

Al mirar directamente al sol estamos exponiendo en forma directa a nuestros ojos a todas las radiaciones que el sol emana. El acto reflejo de cualquier persona que mire al sol será cerrar los ojos.

En primer lugar, porque su intensidad lumínica no es tolerable y luego porque esto constituye un mecanismo de defensa reflejo del organismo para proteger las distintas estructuras del sistema visual. Sin embargo, nuestra curiosidad, tratándose de un eclipse, nos lleva a insistir más allá de las molestias y mirar desde el primer momento de parcialidad hasta el último del eclipse. Y son justamente estas fases, las parciales, las más nocivas para la retina.

Si bien el sol y su radiación afectan al conjunto del sistema visual, el daño que se produce en la retina es irreversible y generalmente se da en la visión central. Imaginen una mancha que borronea y deforma todo lo que tratamos de mirar.

Los responsables del daño son, por un lado, el efecto fotoquímico de la radiación UV y la luz visible de alta energía y, por otro, las reacciones fototérmicas de la radiación infrarroja.

Las longitudes de onda en el infrarrojo cercano (780–1400 nm) son especialmente peligrosas para el ojo humano ya que no hay un mecanismo natural de protección frente a ellas.

En estos casos, la radiación penetra hasta la retina, pero sólo nos damos cuenta cuando el ojo ya ha sufrido el daño.

Es por eso que Francisco Fornes insiste en que, “todo lo que se realiza desde el sector óptico y oftalmológico en materia de prevención de la salud visual, a corto y largo plazo, de nada sirve si la población por desinformación daña su visión irreversiblemente durante los pocos minutos que dura el eclipse”.

Según la ACADEMIA AMERICANA DE OFTALMOLOGIA, los únicos filtros en forma de lentes seguros para observar un eclipse solar son los que cuentan con filtros especiales, certificados por la NASA, y que cumplen las Normas ISO 12312-2. Filtrando el 100% de radiación UV e IR y el 99% de la luz visible.

Otro filtro es el vidrio rectangular de las máscaras de soldar, lo que hay que asegurarse que sea “DIN14”. Cualquier filtro de inferior número no se recomienda por más oscuro que parezca. Por último, también se puede recurrir a una cámara oscura (sistema de proyección de imágenes) incluso hecha en forma casera.

El resto de los recursos como radiografías, lentes de sol de cualquier tipo, binoculares, telescopios, cámaras de foto, video o celulares sin los filtros correspondientes, no proveen ni garantizan las condiciones mínimas de seguridad y dejan expuesto al sistema visual a todas las radiaciones.

Varios organismos de la provincia y otros a nivel nacional ya trabajan en la capacitación y prevención del evento.

En elsitio del CONICET podemos encontrar un excelente artículo que sugiere diversas formas para observar de manera cómoda y segura el evento.

https://www.conicet.gov.ar/wp-content/uploads/Paolantonio-Eclipse-total-de-Sol-del-2-de-julio- 2019.pdf