La capa córnea de la piel normalmente realiza una descamación para eliminar las células muertas y renovarse; cuando se la somete a una fuerte agresión de los rayos actínicos (solares) esta capa debe estabilizarse rápidamente para contrarrestar el efecto, la consecuencia es el “despellejamiento”. Si la exposición violenta y directa generó ampollas la capa córnea se desprende en láminas grandes dejando una notable diferencia en el color de la piel. -Si la piel arde debido a las quemaduras solares usar cremas que contengan anestésicos locales como las derivadas de la sulfadiazina de plata. También es importante una emulsión regeneradora de tejidos: la vitamina A es la más conveniente. -Las exposiciones que dejaron como resultado ampollas indican quemaduras de segundo grado, por lo tanto es imprescindible consultar a un dermatólogo para realizar un tratamiento que asegure que no quedarán manchas. Estas curaciones suelen ser a base de antiinflamatorios y productos específicos para las quemaduras. -Beber mucho líquido durante las exposiciones para evitar la deshidratación. -Si se pretende asistir a una fiesta cuando su piel está despellejándose y el color luce desparejo aplicar un poco de maquillaje cremoso o un autobronceante para camuflar las manchas. -Si la piel está dañada procurar usar ropa liviana de algodón, seda o cualquier material suave y fresco que no raspe la piel y que permita que el calor se expanda. -No es aconsejable exfoliar la piel cuando se está desprendiendo ni sacar la piel suelta con las manos porque puede ocasionarse más daño. Se debe humectar lo máximo posible y respetar con paciencia el proceso de regeneración; es la única manera de que la piel vaya pigmentándose nuevamente y que no queden pecas ni marcas oscuras.
