El informe especial “Glaciares, el primer veto´´ cuestiona el veto presidencial a la primera Ley que reglamentó la actividad humana cerca de los mismos. En un primer avance puede verse al sanjuanino Pablo Milana hablando sobre posibles efectos de la minería, en medio de la cordillera. Milana luego mandó una carta documento a la producción quejándose y solicitando el derecho a réplica debido a que se lo posiciona como que apoyaba la primer ley de glaciares cuando, en realidad, la rechazó por contener errores técnicos. O sea, lo posiciona en contra del veto presidencial cuando en realidad estuvo de acuerdo con él. El informe también desliza que el veto fue por presión del gobierno de San Juan y postula que hubo también presiones de la Barrick para poder desarrollar su proyecto minero Pascua-Lama. En una segunda parte muestra a los pobladores de Huasco, el lado chileno de la mina, manifestando que Barrick va a destruir tres glaciares. En realidad ese proyecto no fue autorizado por el gobierno chileno que terminó otorgando la autorización ambiental cuando la compañía desistió de esa idea.