�Posiblemente la nueva campeona argentina de peso gallo se haya sentido más hostigada por el cariño que le demostraron sus amigos y aficionados que por los avances monocorde de Salles. Por un foto para subir al Facebook con la campeona, la apretujaron y ‘llevaron‘ de aquí para allá y ella, en su noche más feliz, a todos les regalaba una sonrisa. “Estoy muy feliz, esto es lo que soñé toda mi vida”, contó la boxeadora de 33 años, que hasta 2014 vivió los vaivenes de no pelear con continuidad y hacerlo en la mayoría de las veces como visitante. “Desde que decidí entrenar en el Landini, todo cambió. Con José (Rojas, su técnico) fuimos corrigiendo errores y, al pelear más seguido fui creciendo en mi boxeo”, explicó. Se sorprendió cuando se enteró que las dos campeonas anteriores de peso gallo, no defendieron nunca el cetro nacional y prometió se la primera en hacerlo. “Espero exponerlo y luego buscar una chance internacional”, cerró.
