Paula Margarita Aballay, oriunda del pueblo de Marquesado y enfermera de profesión, tuvo bajo su control las clínicas y prestadores de la salud que trabajaban para la Obra Social Bancaria Argentina (OSBA) sospechada de suministrar medicamentos adulterados para cáncer, SIDA y hemofilia.

Esta mujer de 53 años, dicen los que la conocen de sus pagos, tenía tres grandes cualidades en la década del ´80 como para llegar donde llegó: atractiva, trabajadora y ambiciosa. Además de un carácter difícil de manejar.

Hermana mayor de una familia de tres hijos, Paula estudió enfermería en San Juan. En 1975 entró en el Marcial Quiroga y desde 1980 hasta 1986 fue supervisora de enfermería en ese hospital.

Por entonces, estaba en pareja con un muchacho del hospital. Después se separó para hacer pareja con un visitador médico y más tarde emigró a la gran ciudad.

En Capital Federal, mientras se desempeñaba “como enfermera habría atendido a la madre de Zanola y luego al propio sindicalista, con quien comenzó a convivir poco después y con quien tiene una hija.

Vecinos de Marquesado y compañeros laborales la describen como una mujer linda, alta, de pelo negro y color de piel claro, a quien nunca le faltaron pretendientes. Tiene dos hermanos: Alberto y Pedro.