El director del Penal de Chimbas, Leonardo Barac, anunció ayer que fabricarán ataúdes a gran escala en el taller de carpintería que tiene el complejo en el que trabajan los internos. La intención es vendérselos a los municipios y que lo que se recaude pueda distribuirse entre los que cumplen condenas y que usan la carpintería como una forma de terapia o capacitación laboral. Si bien en el Penal fabrican desde amoblamiento de cocina, borcegos y hasta se reparan autos, la iniciativa es inédita y quieren empezar a producir antes de fin de año, adelantó Barac.
‘La base de maquinaria y la mano de obra ya la tenemos y por eso estamos analizando qué máquinas nos faltan para que el proceso de fabricación sea completo, porque hasta los herrajes de fundición los vamos a hacer nosotros. De todas formas no es tanto lo que falta para completar el taller. Quizás unas prensas para determinadas partes de los ataúdes y otros aparatos comunes que permitan acelerar la fabricación, porque el taller se convertirá en una pequeña fábrica. No nos serviría hacer uno o dos ataúdes cada 10 días’, dijo el director del Penal de Chimbas.
En las próximas semanas, según el funcionario, hablarán con los intendentes de cada municipio para tratar de generar borradores de convenios de compra y, de paso, poder armar un estudio de mercado, que aparentemente es tentador.
Es que la mayoría de los municipios asiste con ataúdes a personas de escasos recursos. A la vez que algunos tienen salas velatorias, cementerios y, por ejemplo Chimbas, hasta ofrece un servicio integral de sepelio. De hecho, Chimbas compra a un proveedor aproximadamente 800 ataúdes por año para asistir a personas sin recursos, por aproximadamente 730.000 pesos.
Los beneficios que tenga la venta de ataúdes llegarán a los internos según la retribución de trabajo interno que dicta la ley 24.660 de ejecución de la pena privativa de la libertad. La normativa establece que el salario no está conformado por las tres cuartas partes del salario mínimo vital móvil, si el bien producido se vende al Estado, es decir que recibirán unos $1.725 por mes. La ley dice que ese ingreso se distribuye en distintos porcentajes para ayuda a las familias, pagos por condenas y para un fondo de reserva que se entrega al conseguir la libertad. En el taller de carpintería trabajan 15 internos, pero estiman que cuando empiecen a fabricar los féretros, la cantidad se duplicará.
La iniciativa actualmente tiene un modelo a seguir en Chimbas, ya que la Agrupación Virgen de Fátima hace ataúdes para el PAMI.

