Los turistas lo escuchan con atención cuando reproduce, sin siquiera respirar, números, fechas, medidas, cantidades y temperaturas. Y también se ríen con gusto al escuchar cada uno de los chistes que introduce en medio del relato histórico. Se trata de Raúl Videla, quien es guía de las Cavas de Zonda desde hace 12 años. “Por su acústica, el lugar es ideal para los cantos gregorianos, como los que estamos escuchando ahora. Pero cuando nosotros estamos solos ponemos cumbia villera, porque si no, nos aburrimos”, cuenta Raúl a los visitantes, que se ríen de la ocurrencia. El hombre disfruta enseñar lo que sabe a la gente y se pone feliz cuando llegan muchos visitantes. “Están viniendo entre 200 y 600 personas diariamente. Para mí es un orgullo recibirlos y guiarlos”, dice.
