La mayoría de las variedades tienen un color amarillo, su piel es lisa y en ocasiones brillante, cuando la piel está verdosa conviene dejar madurar el membrillo, y si aparecen manchas es que está demasiado maduro, lo que no es ningún problema para hacer el dulce de membrillo. Como siempre, hay que escoger las piezas en las que no se aprecian golpes ni cortes, la conservación es buena, en el frigorífico si están maduros y a temperatura ambiente si están verdes.
Dulce
Seleccionar bien los membrillos, verificar que no estén machucados o con manchas negras. Lavarlos bien antes de usarlos para sacarle la pelusa que traen.
Colocarlos en ollas grandes para hervirlos, la cantidad es a gusto y capacidad de cada uno. Deben hervir 20 minutos aproximadamente hasta que su cáscara se rasgue. Sacarlos de la olla y colocarlos en fuentes grandes para dejarlo enfriar. Una vez fríos, se pelan y se le extrae todo lo que no sea de color amarillo como su carne. Posteriormente se rallan en ralladores comunes (este método es el mejor, ya que otros los pasan por la picadora de carne y no se tritura bien), una vez que se tiene la pulpa, se coloca en bandejas limpias. A continuación se coloca una taza de té de agua en una olla grande o paila y 1 kg de azúcar; se revuelve con cuchara de madera y se arma el almíbar hasta que ebulliciona. A ese almíbar se le agrega 1 kg de pulpa rallada, se revuelve bien hasta mezclar bien todo, el fuego debe estar en mínimo, después de 20 minutos el dulce comienza a cambiar de color. El punto del dulce está una vez que se despega de las orillas de la paila u olla. Por último se coloca en moldes a elección de cada uno, pueden ser de 1 kg o bien más chicos.
Jalea de membrillo
El agua donde hervimos los membrillos para hacer el dulce en pan debe guardarse, ya que ahí mismo se colocan las cáscaras y carozos, es decir el resto de lo que utilizamos anteriormente. Se hierve el agua con cáscaras y carozos unos 15 a 20 minutos. Luego se cuela y se retiran los trozos desarmados. En 1 litro de esa agua se coloca medio kilo de azúcar y se revuelve con cuchara de madera. Siempre controlar el fuego para no quemarlo. Una vez que ebulliciona y lo levantamos con la cuchara y le vemos consistencia, la jalea está lista. Los frascos deben ser previamente esterilizados. Se lavan y se limpian con alcohol, de este modo ya está listos para ser llenados con la jalea.
Membrillos en casco
Pelar los membrillos, cortarlos al medio y retirarles las semillas con una cuchara de papas noisette, sumergirlos en agua con limón para que no se oxiden, colocar la cáscara, las semillas y el azúcar en una cacerola con el agua y cocinar durante 10 minutos.
De esta forma se logrará un almíbar con toda la pectina de las semillas y la cáscara.
Colar y colocar este almíbar en una cacerola con las mitades o los cuartos de membrillo.
Cocinar a fuego moderado hasta que la fruta cambie de color a un rojizo y el líquido tome consistencia de jalea. Guardar en recipientes limpios, secos y esterilizados.
Son ideales como postres con queso blando, acompañados de vino tinto, también para rellenar tortas o tartas, o servir con helados.
