Alrededor de 100 personas, entre familiares, amigos y pequeños compañeros escolares de Kevin Borquez, acompañaron ayer en la tarde con profundo dolor el cotejo fúnebre desde la casa del chico hasta el cementerio de Las Chacritas, en 9 de Julio. Y reclamaron “justicia” y por la “no violencia”. Ayer en la madrugada, el padre de Kevin fue trasladado del Penal de Chimbas, donde cumple una condena por robo, para verlo por última vez en el velatorio.