El papa Francisco decidió no adjudicar a los cerca de 4.000 empleados de la Santa Sede una bonificación salarial especial que se pagaba cada vez que asumía un nuevo pontífice, según informó ayer la agencia I. Media y recogió Ansa. La decisión tomada por Francisco, fue interpretada por el medio como una nueva señal de sobriedad y de cuidado de los recursos del Vaticano.
