Lorena Portillo, José Fernández, Juan Manuel Cuevas y Nilda Tintinelli pasaron de la depresión a las ganas de vivir. Y todo por el simple hecho de volver a sentirse útiles. Los cuatros tienen una discapacidad que les imposibilitó conseguir o mantener un empleo formal. Y tuvieron que ingeniárselas para salir a flote. Todos comenzaron con un emprendimiento laboral, pero que no prosperó porque no contaban con los implementos ni insumos necesarios para trabajar con profesionalismo. Esto situación cambió a partir de que recibieron ayuda económica para mejorar sus propios emprendimientos laborales. Dijeron que esta oportunidad más que propiciarles un crecimiento económico, les devolvió la dignidad y la autoestima. De todos modos, aseguraron que están haciendo todo lo posible para que sus negocios crezcan y hasta sueñan con ampliarlos.
Estas cuatro personas fueron beneficiados con el Programa de Apoyo a los Emprendedores con Discapacidad que otorga la Comisión Nacional Asesora para la Integración de las Personas con Discapacidad (Conadis) a todo el país. En San Juan, en un año, 200 personas con discapacidad presentaron un proyecto para obtener este beneficio. Y más de 50 ya lo recibieron comenzaron a trabajar en sus propios negocios.
Este programa aún está vigente y los interesados en averiguar sobre los requisitos para acceder al mismo deben dirigirse a la Dirección para Personas con Discapacidad, del Ministerio de Desarrollo Humano, ubicado en calle Mendoza, entre Mitre y Santa Fe.