Los puertos de la costa noreste japonesa, Hachinohe, Sendai, Ishinomaki y Onahama resultaron tan afectados que se prevé que no vuelvan a operar por meses. Pero los cortes de suministro eléctrico y los incendios como resultado del terremoto plantean un riesgo inmediato.

El mayor refinador JX Nippon Oil and Energy Corp estaba a la espera de extinguir ayer un incendio en su refinería en Sendai, de 145.000 barriles de crudo por día (bpd), acción que fue obstaculizada por las alertas de tsunami y la evacuación del personal de las plantas de refinación. También tiene paralizadas sus plantas de Kashima y Negishi. Otro siniestro, en la refinería Chiba, en el este de Tokio, operado por la japonesa Cosmo Oil y con capacidad para 220.000 bpd, todavía no ha sido sofocado, dijo un portavoz de la compañía JFE Steel Corp, el quinto fabricante de acero del mundo, suspendió ayer la producción en una instalación

cerca a Tokio, mientras que el cuarto productor del material, Nippon Steel, cerró sus operaciones en dos pequeñas plantas.