Muy nutritiva fue la conversación con los tres verdaderos actores principales de la situación del cultivo de la almendra en San Juan. Y digo rica porque la cuentan tal cual es, y de cómo la vienen remando, desde hace bastante tiempo. Elina Buffa, inquieta, locuaz, técnica… Luis Sánchez, educado, serio, experimentado… y Alfredo Martín, callado, la sabe bien, y sólo habla cuando es para decir algo que valga, importante.
Dijeron a Suplemento Verde que en los últimos 5 años ha habido una importante reconversión varietal, hacia las variedades de cáscaras duras, estilo español, como la Guara, ante la gran disconformidad de los productores, por bajos rindes en el grupo de las variedades de cáscara blanda, denominadas americanas, como Nonpareil, Peerles, Nec Plus Ultra y otras.
Se dio en la tecla con la Guara, que ya existía en San Juan, porque en un Jardín varietal del INTA Pocito estaba, pero no se le daba importancia, igual que a Marcona y a las españolas. Era la época de las blandas, californianas, también Chile producía estas almendras y la floración temprana, la polinización cruzada y otros aspectos llevaron a que, luego de muchos años de pérdidas de kilos (y de inversiones económicas importantes), decidieran un cambio rotundo.
Con injertos en las plantaciones más viejas, con la española en producción y la americana en el pié, comenzaron a ver que en vez de florecer desde fines de Julio (unas pocas cascaras de papel), o mayoritariamente en agosto (el resto), ahora las floraciones rondaban el 2 o el 4 de septiembre, es decir en la primera semana de este mes. Además de escapar a algunas heladas, quizás no a todas, es autofértil, o sea que no necesita de otras variedades para la polinización, y que con la cáscara de mayor dureza se defiende mejor del ataque de los pájaros, que la dañan con sus picos y causan pérdidas importantes.
En pocas palabras vieron que ese era el camino.
¡Empezaron a aparecer resultados!
Además, es más constante en el tiempo, en cuanto a producciones; las del grupo de las cáscaras blandas son muy variables de una cosecha a la otra y eso termina alterando los ánimos de los productores. Y es menor el costo de los controles de heladas, que es un rubro de los más caros en los costos, junto a la cosecha.
También dijeron los tres que es fundamental la poda y por ello viene un experto español, el Dr Agr Octavio Arquero Quilez, del IFAPA, en Córdoba, España para asesorar en el tema. Indican con gestos serios que se perdieron muchos años experimentando a prueba y error, sin mucha ayuda que digamos, tanto en variedades, como en podas, zonas de producción, tipos de almendras, etc.
Todos coincidieron que los 10 socios de la cooperativa están muy agradecidos de las tareas y acciones generales de metodología del Programa Cambio Rural, ya que empezaron a unirse, a evitar errores continuos, a viajar para intercambiar experiencias, y a evitar celos entre los agricultores, buscando sumar todos para el mismo lado.
Tienen unas 80 hectáreas en la cooperativa, de las 540 aproximadas (no hay datos certeros) y van por más. Quieren incorporar el riego por goteo, fundamental para llegar a altos rendimientos, por ejemplo como en Ovalles, IV región chilena y sitios cercanos a Santiago, en la V región, donde están cosechando 1.500 kilos por hectárea, lejos de California donde pasan de los 2.500 kilos por hectárea y ha habido lotes de 2.900.
También la cosecha mecanizada los tiene motivados. Hay máquinas con brazos vibradores, que cuestan unos 30 mil dólares y ya han sido usadas en Cuyo con éxito; también hay autopropulsadas, de un valor de U$S80 mil y las más caras son las que se están usando en pistacho, sobre los 250 mil. De cualquier manera, de a poco están probando alternativas.
