�La Cámara de Comercio Exterior explica la falta de competitividad por ‘significativos’ incrementos de costos internos en materias primas, insumos, energía, transporte, puertos, servicios extraordinarios de aduana e inflación; como por la presión fiscal con retenciones e impuestos distorsivos, demora en el cobro de reintegros y de la devolución de IVA de exportación y la continuidad de barreras arancelarias en los mercados de destino.
