Si bien hace 15 días el arco político y empresarios locales salieron a decir a viva voz que la paralización del lado chileno no provocaría retrasos en las fechas estipuladas del proyecto Pascua-Lama, ayer la propia compañía minera se encargó de echar por tierra con esas especulaciones: dijo que recién para el primer trimestre del 2014 está proyectada la finalización de las obras que debe hacer en Chile según los requerimientos ambientales que la ha hecho la justicia. Para ese momento estaba previsto el inicio de la explotación. Barrick dijo que a fines de 2012 ‘’suspendió las actividades de pre stripping (movimiento de suelos) en Chile, para controlar el aumento de polvo en la zona’’, que llamativamente atribuyó a ‘’vientos más fuertes de lo normal’’. Agrega que hay otras ‘’restricciones regulatorias que también han sido puestas sobre el proyecto, debido a la necesidad de reparar y mejorar determinados aspectos del sistema de gestión de agua en Chile’’. El informe oficial de la minera sostiene que ‘’hasta que no tengamos claridad sobre los aspectos regulatorios y legales, no podemos evaluar completamente el impacto en el presupuesto de capital, los costos operacionales y el calendario del proyecto’’. Y luego sostiene que de todos modos ‘’continuará evaluando todas las alternativas relacionadas con este proyecto, en línea con las incertidumbres asociadas con las acciones regulatorias y legales, así como con el actual ambiente en materia de precios para los commodities, lo que incluye la posibilidad de suspender el proyecto’’.