Si se vive en una zona donde abundan insectos, se puede elaborar un repelente natural con los siguientes elementos: dos cucharadas de clavo de olor, 6 cucharadas de tilo y un litro de agua. Hervir el clavo durante 5 minutos, retirarlo del fuego y añadir el tilo. Filtrar la loción y guardar en una botella. Luego impregnar con un algodón las zonas expuestas del cuerpo.