Más de 2.500 mendocinos -entre jóvenes, familias y representantes de las iglesias Católica y Evangélica- se congregaron ayer en la explanada de la Casa de Gobierno de la provincia para mostrar su repudio al proyecto de ley que se discute en el Congreso Nacional y que pretende legalizar el matrimonio homosexual.<br><br>
Luego que un grupo de representantes de diferentes credos se entrevistara con el gobernador Celso Jaque, que los atendió en su despacho, los manifestantes recorrieron las principales arterias del centro de Mendoza para dirigirse hasta la Legislatura, sede del debate que congregó a más de 100 oradores. Por su parte, el gobernador se mostró en contra del matrimonio homosexual y advirtió que “la ley que se está discutiendo no tiene viabilidad política ni social”.<br><br>
Los manifestantes aseguraron que “debe hacerse justicia con la realidad, esto es, reconocer que la familia basada en el matrimonio entre un varón y una mujer es la forma natural en la que los niños vienen al mundo, son acogidos, criados y educados”, explicaron los organizadores. Otro de los reclamos lo realizaron los padres de hijos adoptivos, -también congregados en la marcha-. Aseguraron que “la solución para los niños desamparados es agilizar la adopción, son miles de familias las que están en espera de esos niños”. Mientras tanto, en los salones de la Legislatura, el debate fue tomando temperatura a medida que más de 100 personas esperaban para dar su opinión frente al arco político de la provincia y a la comisión del Senado de la Nación que analiza el proyecto. El primero en abrir el debate fue el diputado nacional Omar De Marchi (PD), que pidió más tiempo en el análisis y que sea la sociedad quien decida, no el Parlamento. “¿Por qué apurarnos en un debate sin sentido?, hay sociedades que han discutido el tema 10 años. Quizás sea bueno el matrimonio entre personas del mismo sexo, pero que sea la sociedad quien lo plantee”, explicó el diputado.