El mínimo o nulo margen de ganancias que tienen los kiosqueros para vender los plásticos de la tarjeta SUBE generó una situación irregular: los usuarios pagan hasta el 40% más que el precio oficial. Es que la venden a $30 y $35, cuando el valor establecido por el Ministerio de Transporte de la Nación es de $25. Además, los comerciantes también aplican un plus de entre $2 y $3 por recarga, ya que brindar el servicio les genera un costo extra que, según indicaron, no es recuperable (esta es una causa por la que existen pocos lugares para comprar y cargar SUBE, dijeron). Por su parte, desde la Dirección de Tránsito y Transporte indicaron que como esas prácticas comerciales no están previstas, debe denunciarse el sobreprecio.
De acuerdo a los comerciantes, los proveedores de los plásticos venden la unidad a $25 y, aunque no les corresponde, les sugieren un precio de reventa de $30 o $35. Además, dijeron que en la mayoría de los casos no reciben la cantidad solicitada, pues siempre es menor.
Los kiosqueros saben además que esta es la fase en la que más plásticos van vender, pues una vez que cubran el universo de usuarios que usan frecuentemente el servicio de transporte público, la venta de las tarjetas será sólo para reposición o casos aislados.
Por otro lado, los propietarios de kioscos justificaron la aplicación de un plus en las recargas porque el margen de ganancia es ínfimo. Es que dijeron que es del 0,04% y 1%; y que si bien los aparatos son cedidos por Nación, deben afrontar los costos de Internet, electricidad y del papel para dar los tickets. Por eso es que cobran entre $2 y $3 extra.
‘Nos dijeron que ofrecer este servicio iba a incidir en más ventas porque el cliente además de cargar saldo iba a comprar otra cosa, pero hasta ahora, el perfil de quien carga SUBE no demuestra eso’, dijo José Díaz, de un kiosco por calle Mitre.
Según el director de Tránsito y Transporte de la provincia, Ariel Palma, ni el extra por el costo del plástico ni el plus por recarga está permitido, por lo que los usuarios deben denunciar la maniobra. El funcionario indicó que si bien no tienen inspectores exclusivos para este tipo de control (es injerencia de Nación) ya han actuado en casos de denuncias. Palma dijo que primero notifican al kiosquero, si reincide le suspenden el servicio y que, si vuelve a ser denunciado, le retiran los aparatos para comercializar SUBE.
Por su parte, agregó que también recibieron el reclamo de los comerciantes solicitando un aumento en el margen de ganancias, por lo que San Juan, Santa Fe, Río Negro y Neuquén (que atraviesan la misma problemática) elevaron un pedido a Nación.

