Monseñor Alfonso Delgado no podía creer, a las 7 de la mañana, lo que leía en el diario. Pero no había dudas de que el hombre de la foto, quien chocó dos vehículos estacionados mientras conducía con cuatro veces más de alcohol en sangre que lo permitido y que insultaba a los policías y a la prensa, era el sacerdote Raúl De los Ríos. Fue tal el escándalo, que ayer la sede del Arzobispado de San Juan amaneció tan convulsionada como sorprendida, al punto que reconocieron no saber cómo actuar con el sacerdote, ya que no hay registros similares en la Curia local. Lo que está claro es que, el padre De los Ríos no atenderá su parroquia, la Santísima Trinidad, al menos por una semana.
Fuentes vinculadas al Arzobispado informaron que monseñor tendrá una reunión con el cura para escuchar su versión de los hechos, y que luego se activará un mecanismo de evaluación en su entorno, para saber si lo que ocurrió el domingo pasado fue un hecho aislado o no. Para eso consultarán con sus sacerdotes amigos y con referentes de la feligresía trinitense, indicaron las fuentes. Agregaron que De los Ríos no tiene denuncias o quejas en sus casi 20 años de sacerdocio. A su vez, no descartan una reunión entre Delgado y el Consejo Presbiterial local para determinar qué pasos darán.
El Código de Derecho Canónico no contiene en sus textos una sanción por este tipo de situaciones, pero como ciudadano De los Ríos sí deberá enfrentar el procedimiento habitual (ya fue demorado por conducir en estado de ebriedad y la ley establece que deberá pagar una multa), mientras que como el Renault Sandero que manejaba es de su propiedad, deberá afrontar los costos por los daños ocasionados.
Por su parte, tampoco existe un nomenclador interno de sanciones dentro de la Curia, pero los reglamentos le dan al arzobispo la potestad para aplicar castigos. Sin embargo, aunque es reconocida la rectitud de Delgado y de su exigencia para que los curas mantengan la ejemplaridad ante la feligresía (constantemente les sugiere, por ejemplo, que no fumen, beban o se muestren pasados de peso), en estos momentos está más preocupado en la contención del sacerdote que en un castigo, según dijeron las fuentes.
El padre Raúl De los Ríos, que ayer no quiso dar declaraciones a DIARIO DE CUYO, nació el 18 de agosto de 1963 y se ordenó como sacerdote en 1992. Antes de ser párroco de Trinidad, estuvo al frente de Santo Domingo, Chimbas, y fue vicario en Santa Lucía. De los Ríos no atenderá la agenda de su parroquia (celebrar misas, confesar o dar sacramentos) por un semana, por lo que ayer le buscaban reemplazante.

