Ayer la Iglesia Católica realizó la celebración del Corpus Christi con un pedido muy especial: la unión y reconciliación del país. Unas 3.000 personas participaron de la misa y la procesión en el marco de esta fiesta destinada a celebrar la institución de la Eucaristía. El evento arrancó en la Catedral y finalizó en la Iglesia de La Merced.

Desde el inicio la celebración estuvo marcada por el sentir nacional. A las banderas argentinas que portaron los abanderados de los colegios religiosos se sumó una gigante que las alumnas del Colegio el Tránsito de Nuestra Señora puso al pie del altar que se instaló en el atrio de la Catedral, mientras que una religiosa le pidió a los presentes ‘rezar por la unidad y fortaleza de la Argentina para que pueda sanar heridas y recuperar la esperanza’. Los presentes acompañaron este acto cantando ‘Argentina, levántate y camina’.

Encolumnados tras el Santísimo Sacramento ingresaron al atrio los sacerdotes, acompañados por monseñor, Alfonso Delgado, dando comienzo a la celebración en la que se mantuvo el pedido inicial. ‘Hay que pedirle a Dios que ilumine a las autoridades para que se partan el alma para asegurarle salud, educación y seguridad al pueblo argentino. Así como San Martín se partió el alma para asegurarle la paz y la independencia a nuestro país’, dijo Delgado al comienzo de la celebración de la misa en la que también le pidió a los presentes ‘servir al país como buenos hermanos’.

Pese al frío y a la poca comodidad todos se quedaron para participar de la procesión después de la misa. El camión que traía las sillas que alquilaron para instalar frente a la Catedral se rompió y nunca pudo llegar a destino. Es por eso que las pocas sillas que lograron reunir las destinaron prioritariamente a la gente mayor y a las embarazadas que concurrieron a la celebración. El resto permaneció todo el tiempo de pie, excepto los niños que se sentaron sobre el pavimento.

Tras la misa, los miles de fieles formaron un pasillo para dejar pasar al Santísimo Sacramento para que se ubicara al frente de la multitud para dar inicio a la procesión. La caminata arrancó bajo la consigna de rezar nuevamente por la reconciliación y unidad del país, de hacer memoria y de pedir por todas las necesidades del pueblo argentino. Y todos acataron el pedido. Rezaron durante todo el trayecto hasta la Iglesia de la Merced y gritaron con intensidad ‘¡Viva la Patria!’.

La procesión creció en participación durante el trayecto. Muchas personas se unieron al contingente en el camino, especialmente algunas personas de la tercera edad que por cuestiones de salud no pudieron hacer el recorrido completo desde la Catedral hasta la Iglesia de La Merced, pero que no quisieron dejar de participar de la celebración del Corpus Christi.