Si bien para unos pasó desapercibida, para un buen número de los cientos de fieles que subieron las Sierras Azules, el arco colocado apenas comenzaba la primera parte del ascenso y que simbolizó una Puerta Santa como las de los principales templos del mundo implicó un momento de profunda emoción. Es que fue parte del ritual católico basado en que quien la traspasa obtiene indulgencia plenaria. Por eso, hubo rezos antes de trasponer el umbral, pedidos y algunos peregrinos hasta besaron la estructura, en una muestra de lo fuerte que fue para los jóvenes tener por primera vez este simbolismo en la base del cerro, sin precedentes en la peregrinación.
Además, para recordar el momento aprovecharon para sacarse fotos y hasta utilizaron una lona con la imagen de Jesús y al lado un espacio abierto para colocar los rostros, que también fue muy usada por los jóvenes. La decisión de instalar una Puerta Santa en la base de cerro fue idea del párroco Víctor Hugo Gallardo, para aprovechar el jubileo y el Año de la Misericordia. De acuerdo a la tradición católica, el jubileo consiste en un perdón general y la indulgencia que se gana al cruzar la Puerta Santa limpia las huellas que dejan en el alma y en la conducta los pecados ya perdonados en la confesión.
‘Felices los misericordiosos’, rezaba un cartel en lo alto de arco, que trajeron de la parroquia de Ullum. La Puerta Santa estuvo a unos 500 metros del playón que antecede el ascenso, justo apenas comenzaba el sendero de la pronunciada pendiente de la formación, es decir, en un lugar de pasada obligada de todos los peregrinos, que tuvieron un extra con el perdón simbolizado en el portal.