La Iglesia brasileña recibió ayer con “alegría” y “gran responsabilidad” la noticia de que Río de Janeiro será en 2013 la sede de la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud y aseguró que quiere involucrar a toda América Latina para que haya una “fuerte” participación. El presidente de la Conferencia Obispos de Brasil, Raymundo Damasceno, recordó que el continente americano acoge al 49 por ciento de los católicos del mundo. Explicó, además, que la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, se ha mostrado ya dispuesta a colaborar en todo lo posible. Por su parte, el Arzobispo de Río de Janeiro adelantó que la cruz de la Jornada Mundial de la Juventud llegará a Sao Paolo en septiembre y desde allí comenzará su peregrinaje por todo el país por dos años. Esta será la segunda vez que la JMJ se celebra en América latina ya que en 1987 le tocó a Buenos Aires.
