En algún momento se le tenía que dar y ayer fue el gran día para Rusia. Es que después de estar cinco años consecutivos en el podio, con tres medallas de bronce y dos de plata, logró vencer a Brasil y así quedarse con el número uno de la Liga Mundial que se desarrolló en Polonia. En un encuentro parejo y emotivo al cien por ciento, los soviéticos doblegaron a Brasil por un apretado 3-2 con parciales de 23-25, 27-25, 25-23, 22-25 y 15-11 y de esta manera recuperó el oro que había logrado por última vez en el año 2002, paradójicamente en tierras brasileñas, en Belo Horizonte. El punta Maxim Mikhaylov, fue la figura excluyente con 26 puntos.

Fue una batalla tremenda. Rusia enarboló un nivel defensivo increíble, especialmente porque no suele condecirse con su porte físico, y pudo vulnerar el sistema de juego de Brasil, que tantos problemas le trajo históricamente. Del lado sudamericano, la estirpe siempre vigente del gran Giba, el capitán que se puso el equipo al hombro en los momentos calientes y anotó 16 puntos, pero que no alcanzó para quedarse con la Liga.