Fabián Doman

– (Periodista y conductor de TV)

– Después de tu renuncia, ¿qué quedó en el tintero?

– Una cosa es el baile, lo otro es la posibilidad de ayudar. Como en el caso de Alejandro Lerner y de muchos que no llegan y no ganan, se preocupan por esto. San Juan tuvo dos sueños cumplidos con Fede Bal. Eso me permitió contactarme con ustedes y poder contactarme con la fundación, con su realidad. Esto permite usar la fama para algo. Si bailás o no bailás, ese es otro tema. Aprendí mucho.

– La exposición mediática en Bailando, ¿te hizo perder credibilidad como periodista?

– No, para nada. La fama no te cambia, te hace más conocido y te expone cómo sos. Hago radio, gráfica y televisión hace treinta años, pero no entiendo por qué mi divorcio generó tanto escándalo. Parece que tengo un imán para las polémicas. Esta semana me comí de rebote que mi exmujer está lesionada pero no estaba. Mis hijos, angustiados sin saber que su madre está mal o no. Caigo en un lío que no era mío. Hacemos un programa reality de nuestras vidas, es casi una telenovela. Por supuesto, termino estresado. A mi compañera Fernanda Iglesias se le incendió el auto. Pasamos momentos complicados con Úrsula Valdez, que dijo cosas en Twitter en contra del gobierno y recibió amenazas. Creo que tenemos que calmarnos porque andamos muy intolerantes últimamente.

– ¿Las internas en el bailando te afectaron?

– No, en absoluto, es un show. Con Moría (Casán), Marcelo (Polino) y Ángel (De Brito) somos muy amigos pero me calificaron con uno y tres (se reía). Hay que entender que bailo lo que puedo y no guste. Está todo bien, la vida no termina en un baile.

– ¿Cómo quedó tu relación con Tinelli?

– La relación fue mucho mejor ahora. No lo conocía bien antes, pero ahora nos llevamos muy bien.

– ¿Volverías a bailar si te pide?

– A torturar otra vez al público, no. Si me pide otra cosa, lo que sea, pero bailar de nuevo no.

– ¿Cumplir con el sueño es no faltar a tu palabra?

– El único que disfruta de Showmatch es Tinelli. Tengo la suerte de trabajar en lo que quiero. En mi caso disfruto estar con mi familia y me gusta lo que hago. En el caso de Pablo (Larrea) es lo mismo, pero hay cosas con las que no se jode; si yo tengo la posibilidad de ayudar a bebés sin recursos y tipos como Pablo que no gana un centavo y se rompe el traste para ayudarlos, lo hago. Descubrí que la fama se puede usar para ayudar.