Primero, los obreros sacan los clavos, en muchos casos oxidados, y luego hacen palanca con un fierro. De ese modo, después de levantar una nube de tierra, logran desenganchar una por una las maderas del techo y parte de las paredes de la casilla en la que hasta noviembre pasado funcionó el Vacunatorio Provincial. Así, creen que en 2 semanas más no quedarán vestigios de esa construcción de emergencia, que fue una de las que hicieron tras el terremoto de 1944 para dar asilo a quienes habían perdido sus casas. Esta es una de las pocas construcciones de esas características que aún estaban en pie.
Quienes decidieron hacer desaparecer la construcción, en la que antes del vacunatorio funcionó el Programa de Chagas provincial, fueron las autoridades de Salud. Daniel Orellano, titular de Epidemiología, explicó que el motivo fue que el edificio estaba en mal estado, por lo que ni siquiera podían repararlo.
“Lo que se hará es derribar todo para hacer una construcción nueva para el vacunatorio. Eso llevará bastante tiempo”, dijo Orellano. Y contó que el edificio en el que ahora están ofreciendo el servicio de vacunación, ubicado sobre calle Mitre, está siendo alquilado por el Ministerio.
Los obreros comenzaron a trabajar en el lugar la semana pasada. Como consecuencia, en el predio de calle Entre Ríos ya se puede ver parte del esqueleto de madera que sostenía las chapas que conformaban las paredes de la casilla. Una vez que terminen de eliminar todas esas chapas demolerán la base del edificio, que es de ladrillos y en un sector tiene poco más de 1 metro de altura y en otro llega a los 2 metros aproximadamente. En ese caso, según explicaron, trabajarán con mazas y martillos, por eso prevén que tendrán que colocar un cierre transitorio que ocupará la vereda del lugar.
Lo que sí quedará en pie será el tinglado abierto que hay en el fondo del terreno, cuya estructura es de hierro.
La casilla que está a punto de desaparecer fue construida dentro de los 56 días posteriores al terremoto. Y los materiales que la componían fueron traídos en tren desde Buenos Aires. Con ellos se armó también los edificios en los que hoy funcionan Defensa Civil, parte de la Facultad de Ingeniería, Tránsito y Bomberos de la Policía de San Juan y la Escuela de Música. Además de la actual Casa de Gobierno, que fue reformada de tal modo que ya no parece una construcción de emergencia.
Con el paso de los años, ha habido proyectos y pedidos para construir museos y poner en valor esas construcciones que son el recuerdo viviente de lo que sufrió San Juan hace 69 años, pero todos quedaron en la nada.