Una dura historia. Hace unas semanas, la abuela de los chicos abrió a DIARIO DE CUYO las puertas de su casa. Mostró las marcas que tenían en su cuerpo los niños, que ahora están en una residencia del Estado.

La casa de Chimbas donde vivían los niños que eran torturados ayer permaneció en silencio. Las ventanas estuvieron cerradas todo el día y no hubo movimiento. Según los vecinos, la casa estaba vacía desde que el personal de la Dirección de la Niñez decidió sacar a los nenes de esa vivienda. Ayer, esa decisión fue confirmada por el director de la Niñez, Marcelo Bartolomé, quien comentó que los chicos están en un hogar del Estado y que no pueden tener contacto con sus familiares. El funcionario explicó que si bien aún no deciden cuál será el futuro de los pequeños, ellos trabajarán para tratar que los menores vuelvan a estar a cargo de su abuela o su mamá, y que no queden en estado de adoptabilidad. El caso de los hermanitos chimberos, de 2, 3 y 4 años, que eran torturados presuntamente por una mujer (familiar del papá) que los criaba, conmocionó desde que se hizo público. Esa historia salió a la luz a principio de año cuando la abuela llegó a la comisaría 17ma de Chimbas para hacer la denuncia por maltrato, pues los chicos estaban llenos de marcas.

"Tomamos una medida con los niños y los trasladamos a una residencia nuestra", dijo el funcionario y explicó que ellos decidieron realizar esta nueva medida de protección porque la abuela no cumplió algunas pautas que se habían planteado según el plan de trabajo de Niñez. "No puedo decir qué fue lo que no cumplieron porque eso forma parte de la confidencialidad de la intervención. Nosotros hicimos un plan de trabajo y nuestro seguimiento consistía en ver si se cumplía o no esas pautas", dijo Bartolomé. Posteriormente, sin dar muchos detalles dijo que una de las fallas fue que la abuela tenía la exclusividad de cuidar a los chicos, sin embargo eso no ocurría porque en la casa también estaba la mamá de los niños, que tiene serios problemas de adicción a las drogas.

Sobre cómo seguirá este caso el funcionario dijo que aún no hay una decisión tomada. "La idea es trabajar con la familia con algunas pautas más firmes respecto de los cuidados que debería tener la abuela y sobre el tratamiento de la mamá. Estamos articulando con Salud Pública para que la madre pueda iniciar un tratamiento", agregó y explicó que esto es como una "segunda oportunidad" para la familia, pues se buscará que los chicos puedan volver a su casa. Incluso, Bartolomé comentó que están intentando contactar al papá de los niños que vive en La Rioja, supuestamente por cuestiones laborales. "Es que es nuestra obligación evaluar todas las alternativas posibles", dijo. Mientras tanto, los chicos permanecerán en un hogar del Estado y no podrán tener contacto con su familia. Es que con esta nueva medida se seguirá evaluando a la familia de los menores y hasta se trabajará con los mismos niños. "Al tenerlos cerca vamos a poder ver cuestiones puntuales que tienen que ver con los chicos", dijo, pero no amplió como será ese trabajo. Sí agregó que los niños están tranquilos y muy bien de salud. "Cuando se decidió trasladar a los niños a una residencia nuestra se habló con ellos -por la familia-, se les explicó y no hubo mayor resistencia. Se planteó y aceptaron", resaltó Bartolomé.

Claves

La intervención

Ante este tipo de casos la intervención de la Dirección de la Niñez consiste, en un primer momento, en la evaluación de la familia ampliada para analizar si hay algún adulto responsable que pueda hacerse cargo de los menores, para no institucionalizarlos.

La decisión

Ante estos casos, una ley nacional faculta a la Dirección de la Niñez a que tome una decisión con los niños. Es decir que tras hacer evaluaciones son los únicos que tienen el poder de decidir si los chicos quedan o no en el entorno familiar. La Justicia pide informes y ratifica esta decisión.

Plazos

La normativa prevé un plazo de 90 días, que puede ser extendido 90 días más, para la toma de una decisión sobre estos chicos. Marcelo Bartolomé explicó que ese plazo, sin embargo, no debe cumplirse a rajatabla, pues la decisión se puede tomar antes de lo establecido.