Para los creyentes, nunca antes hubo tanta gente celebrando el día de San La Muerte. El viernes pasado en la noche, en la única gruta en la provincia del llamado Santito Esqueleto, casi un centenar de sanjuaninos festejó en una reunión en la que se mezclaron los elementos que más le gustan a San La Muerte: comida, bebidas, música y cosas dulces. Fue en el barrio Costa Canal (Capital), en Mendoza y Benavídez, donde entre velas y varias figuras de San La Muerte, la gente rezó, cumplió promesas y realizó ofrendas.
Para la celebración, unos vecinos que fueron los constructores del santuario en 2004, se encargaron de juntar dinero entre sus fieles, que llegaron incluso desde Media Agua y Casuarinas. Con la plata reunida, pagaron la fiesta, que incluyó chorizos asados, sánguches, pizzas, una mesa dulce, cerveza, vino y gaseosas para los niños, además de un operador de sonido.
"En la primera celebración, hace seis años, fuimos cinco. Con el tiempo empezó a venir más gente y esta vez, que haya tantas personas acá, para nosotros es algo histórico", indicó uno de los vecinos de la gruta. Mientras la gente charlaba y se acercaba a la parrilla, otros fieles se arrodillaban y rezaban ante una media docena de imágenes de San La Muerte, de distintos tamaños. Y hubo un episodio lamentable: fue durante esa celebración que dos menores de edad le robaron el celular al chofer de DIARIO DE CUYO en el lugar.
San La Muerte no es un santo reconocido por la Iglesia Católica. Hay varias versiones sobre su origen. Una de las más difundidas afirma que probablemente se trató de un monje que curaba a leprosos en Corrientes hacia el año 1750, acusado luego de brujería y encerrado en una celda con puerta sellada. Según la leyenda, un 20 de agosto, después de mucho tiempo, los guardias abrieron la celda y sólo encontraron su cuerpo esquelético de pie. Desde entonces, a la imagen le atribuyen favores y sus fieles se reúnen ese día para las celebraciones.
