Mary Copa (47) es un ejemplo de la perseverancia y lucha en la vida. Primero sufrió un accidente de tránsito que la dejó discapacitada. Cuando comenzaba a recuperarse tuvo un ACV que la dejó sin hablar y sin moverse. Pero la mujer nunca bajó los brazos y fue cuando decidió hacer terapia a través del deporte. Desde hace algunos años corre maratones en una silla de rueda adaptada y tiene en vista competir en Uruguay en un mes. Además, desde hace días comenzó a entrenar para correr con muletas, a pesar de que no tiene sensibilidad en uno de sus pies.
Mary era enfermera en una clínica privada de la provincia. Hace 11 años, salió en su moto a cumplir con la guardia que le correspondía pero una camioneta la llevó por delante y ahí comenzó a escribir el peor capítulo de su vida. El accidente la dejó inválida, postrándola en la cama por más de 4 meses cargados de operaciones en su pierna derecha y quebraduras en el cuerpo.
“Después del accidente estuve mucho tiempo en cama y mis hijos tenían que cambiarme, lavarme y asistirme. Eso era lo que más me dolía, porque ellos no eran grandes”, contó Mary, madre de 6 hijos que tienen entre 22 y 32 años.
Pero la vida le tenía preparado otro golpe. “En 2004, cuando vino a verme mi hijo mayor, que estaba en Chile, me acompañó a Mendoza a hacerme unos estudios. En el camino compramos un queso de cabra que estaba contaminado y mi hijo contrajo brucelosis. Estuvo internado más de un año en Buenos Aires y él fue un motivo para querer recuperarme y tener ganas de luchar por la vida, siendo que antes me quise suicidar dos veces”, sostuvo Mary, quien nació en Jujuy y llegó a San Juan hace 27 años, para estudiar.
Tras haber sufrido quebradura expuesta de tobillo, el corte de los tendones en ese miembro que la dejó sin sensibilidad, tener que soportar clavos en la rodilla y el hundimiento y desplazamiento tibial, comenzó a entrenar para correr maratones. Cuando todo parecía marchar bien, el drama apareció de vuelta. “En 2010 me dio un ACV y me dejó sin movimiento en los brazos y piernas. Los médicos dijeron que no podían hacer nada. No podía creer lo que me estaba pasando, pero me dije que no podía quedar así y me propuse empezar de nuevo para mover las piernas y recuperarme”, contó Mary, quien se hizo atender en el Argerich, Buenos Aires.
Ahora, esta mujer, ya recuperada de sus problemas neuronales y comenzando a caminar con una sola muleta, se prepara para competir en un maratón en su silla de ruedas adaptada, a fines del noviembre en Montevideo.
“La clave de salir adelante es que uno tiene que ponerle fuerza y amor a la vida por los hijos y familia. Ayudar a otra gente que necesita ese empujón y demostrar que hay cosas peores que pueden pasar. Hay muchos motivos para luchar”, dijo.