Fue como un diagnóstico médico. La corteza estaba llena de hongos y la ruptura de una de las ramas provocó la descompensación del resto del árbol. Su muerte fue inevitable. Así, a pesar de los intentos por salvarlo, el aromo negro (acacia atrementaria) que le dio sombra a Domingo Faustino Sarmiento y que sobrevivió a inundaciones y terremotos por más de dos siglos, ayer finalmente se vino abajo. El árbol histórico había sido declarado Patrimonio Histórico Municipal y ahora sólo queda un taco de unos 20 centímetros de alto.
La muerte ya anunciada sucedió ayer por la madrugada. La familia que vive justo en la esquina sintió el estruendo que produjo la caída al piso de la mitad del árbol. Fue cuando hicieron la denuncia a Medio Ambiente. Ni bien despuntó el Sol, técnicos de esta repartición, especialistas arbóreos y personal de la Municipalidad de la Capital llegaron al lugar para evaluar la situación del árbol. El diagnóstico fue unánime e irrevocable: tenían que cortarlo por completo porque estaba podrido, con hongos y lo estaban atacando las termitas.
Según Juan Pablo Quattropani, al frente de Medio Ambiente de la Municipalidad de la Capital, la mitad del árbol se vino abajo y la otra mitad quedó apoyada sobre la vivienda que está en la esquina. "Era un peligro porque esa rama podía caerse en cualquier momento y lastimar a alguna persona", dijo Quattropani.
Con las directivas de Medio Ambiente, los obreros municipales terminaron de cortar el árbol histórico y dejaron un tronco de 20 centímetros. "Ahora tendremos que esperar para ver si sale algún retoño. Si esto sucede, podremos tener un nuevo árbol en ese lugar", dijo Edgardo Chávez, al frente de Arbolado Público de la provincia.
Desde Medio Ambiente trataron de salvar el árbol en varias oportunidades. En el 2007, el biólogo Justo Márquez dijo a DIARIO DE CUYO que el ejemplar no iba a vivir mucho tiempo "si no se erradica las moras que están alrededor y que le proyectan sombra". Pero las moras fueron erradicadas y a pesar de los tratamientos que le hicieron al aromo para salvarlo, nada de esto fue efectivo.
Ahora lo único que queda en la esquina es un pequeño tronco con una placa conmemorativa, rodeado de una reja que se colocó en el 2005 para protegerlo. Este árbol forma parte de un catálogo en el que se menciona las especies históricas de la provincia.

