Cuando le informaron que era positivo el resultado del hisopado, lo primero que pensó Iván Naranjo (24 años) fue en como iba a comunicárselo a su familia, en San Juan, considerando especialmente la salud de su madre. Radicado en Buenos Aires hace más de dos años, el sanjuanino que creció en el Barrio Güemes, departamento Rawson, se preocupó no solamente por su salud el pasado 13 de julio cuando se enteró que estaba contagiado de coronavirus. "Me preocupaba mi familia. Al principio llamaba todos los días llorando mi madre y yo trataba de explicar que, dentro de todo, estaba bien", recordó. 

Hoy se cumple un mes de aquel día en que le confirmaron lo que ya presumía por varias razones. “Aparte de presentar algunos síntomas, mi novia es enfermera y sabíamos también que en el edificio ya habían un par de infectados”, describió el joven que reside en Balvanera, unos de los barrios más afectados por la circulación comunitaria del COVID-19 en la Ciudad de Buenos Aires (CABA).

La ficha. El día que le realizaron el hisopado y luego la confirmación que era un caso positivo de infección del virus.

Iván y su novia, Victoria, se recuperaron aislados en el departamento que habitan, hablando diariamente con familiares y experimentando la solidaridad desde diferentes aspectos. Por un lado amigos de San Juan que al enterarse se pusieron rápidamente en contacto.

“La verdad es que recibí muchos llamados que ni siquiera esperaba”, reconoció. Por otro, fue todavía más directa. Como no podían salir del departamento, un hermano de Victoria les llevaba provisiones que dejaba en la puerta del departamento, siempre asistidos por sus suegros. Pero también hubo vecinos que se ofrecieron a acercarles algunas compras. “Hacíamos transferencia bancaria y no tuvimos ningún inconveniente. Reconozco que cuando me mudé tenía algunos prejuicios, pero la mayoría de los porteños demostraron ser muy generosos”, confesó Ivan, que es encargado de depósito de un comercio de indumentaria deportiva en un shopping de Recoleta, por lo que todavía no regresa al trabajo desde el 20 de marzo.

Respecto a como transitó los días de la enfermedad, Ivan indicó: “Dicen que es como una gripe fuerte, yo no se como explicarlo, pero se siente horrible. No me faltó el aire, pero duele el cuerpo, la cabeza, se duerme mal. Se pierde el olfato y el gusto. Espero que no le toque a nadie de mi familia porque es horrible”.

En pareja. Victoria viajó a San juan, conoció a Ivan y comenzaron una relación que se estableció en Buenos Aires. 

Admitió que hoy todavía se agita rápidamente “como si hubiera perdido capacidad pulmonar” y agregó que más adelante consultará a un neumonólogo. A su novia, un segundo hisopado indicó que ya había superado la enfermedad y regresó a sus obligaciones laborales.

“A mi me fueron consultando diariamente como me iba sintiendo. A las dos semanas yo todavía no me sentía totalmente reestablecido y me indicaron que continuara aislado una semana más. No me hicieron otro hisopado pero me dijeron que ya estaba bien”, afirmó. Ya desde la semana pasada está recuperado. “He salido a comprar, por las dudas lo hago con el barbijo”, completó el sanjuanino.