El presidente paraguayo, quien se declara socialista, usa barba y suele vestir informal. Debido a su perfil diferente al de los políticos de los partidos tradicionales, Fernando Lugo asumió con una alta popularidad. En abril del 2008, luego de una intensa campaña presidencial, Lugo ganó las elecciones con 40 por ciento de los votos en una victoria histórica que puso fin a más de seis décadas de gobierno del conservador Partido Colorado. Los primeros meses al frente del Gobierno no fueron fáciles por los conflictos al interior de la coalición que lidera, la férrea oposición del Partido Colorado y un Congreso hostil que se ha negado a aprobar leyes vitales para su administración. La “prudencia” en la toma de decisiones parece una de sus características de Lugo desde que llegó al poder. Tras meditar durante la Semana Santa su respuesta a una demanda de filiación en su contra, recién ayer reconoció su paternidad. Ya antes de asumir al poder Lugo había sorprendió por el tiempo que se tomaba para reflexionar antes de asumir una decisión como en el caso de la designación del canciller Alejandro Hamed, de origen sirio, el último en ser confirmado en el Gabinete, en medio de críticas de la oposición y la prensa local por su presunta vinculación con grupos radicales árabes.
