Temprano por la mañana, el presidente y otros miembros del Colegio de Arquitectos de San Juan se ubicaron en la Banca del Vecino, del Concejo Deliberante de la Capital, y lanzaron un concepto lapidario: la peatonal Domingo Faustino Sarmiento, dijeron, es obsoleta y hay que modificarla. Según su diagnóstico, las cuatro cuadras peatonales de Tucumán y Rivadavia quedaron chicas, mal distribuidas y con un diseño poco funcional. Todo esto fue escuchado por los concejales y hubo discusión en varios puntos, pero no se llegó finalmente a ninguna propuesta concreta de acción.
El planteo de los profesionales fue que la peatonal más importante de la ciudad ya venía mal desde su nacimiento. "En la gestión de Javier Caselles se llamó a concurso, y en vez de usar el diseño del ganador, se hizo una mezcla del primer con el segundo premio, y quedó lo que hay ahora, que es muy confuso en su diseño", le dijo luego a este diario el presidente del colegio, Jorge Cocinero. Precisamente Cocinero es quien había quedado segundo en aquel concurso de hace más de una década, y el ganador había sido Héctor Muñoz Daract.
"La peatonal quedó muy chica, totalmente desintegrada de la plaza 25 de Mayo. A la vez, creció mucho el movimiento comercial y se generó un defasaje. También hay muchos cables sin uso y árboles secos. El diseño quedó totalmente obsoleto y hay que hacerle cambios, pero no hay que limitar las modificaciones a las intenciones de los comerciantes, sino que hay que hacer una planificación. Lo ideal es llamar a un concurso, que participen todos los arquitectos de la provincia, y elaborar entonces un nuevo diseño, más acorde al crecimiento de la ciudad", amplió Cocinero.
A la vez, el profesional volvió a criticar la idea de techar la peatonal, en partes o al todo, que había sido primero propuesta y finalmente desechada por el propio intendente Marcelo Lima.
Si bien el planteo hecho ayer en la Banca del Vecino tuvo la peatonal Sarmiento como eje, hubo otros puntos en la carpeta de los arquitectos.
Por ejemplo, hablaron de la necesidad de "tomar conciencia del eje cívico que es la Avenida Central". Al respecto, Cocinero dijo que conviene declarar Patrimonio Histórico edificios como el de la UNSJ, el de OSSE, el 9 de Julio y los bancos Nación y San Juan, para que no puedan ser modificados en su estructura ni demolidos.
Los arquitectos también fueron críticos con otros aspectos de la ciudad, como la presencia de los nuevos contenedores de basura en los bulevares, el mal estado de buena parte del arbolado público y la cantidad de elementos vetustos que quedaron "ensuciando" el espacio, como las viejas farolas con fluorescentes de la década de 1960 que aún están las calles, pero que llevan mucho tiempo sin funcionar.