Luego de que esperaran durante dos horas en la puerta de la parroquia de San Francisco, a los más de 300 seguidores se les iluminó la cara apenas vieron ingresar al cura carismático Darío Betancourt. En ese momento, todo el esfuerzo que hicieron, sobre todo las personas enfermas, tuvo su retribución. Este panorama es el que se vivió ayer en el primer día, de los seis que estará el padre colombiano en San Juan.
Fue tal la expectativa de la gente, que a última hora los organizadores, viendo la larga fila de gente, sumaron sillas y bancos para ofrecerles comodidad a los cientos de seguidores que tiene Betancourt. Además esto lo hicieron pensando en que la mayoría de la gente que asistió ayer a verlo, son adultos mayores o personas con enfermedades que le piden al padre Betancourt por la sanación de sus dolencias.
“Les pido perdón por la demora, pero como dijo el papa Francisco en su primera misa, el perdón siempre debe existir”, dijo entre risas el cura, mientras explicaba que su demora se dio por quedarse más tiempo del debido con los fieles de San Rafael, Mendoza.
El padre Betancourt estuvo 4 veces en la provincia, pero nunca permaneció durante tanto tiempo.

