El Uruguay-Perú que vimos en el Estadio del Bicentenario, la tarde-noche del 4 de julio, poco y nada tendrá de parecido con el que se jugará esta noche en el estadio “Único” de La Plata. La circunstancia es diferente y los equipos no son los mismos. Aquella gélida jornada en que se inauguró oficialmente el nuevo templo del deporte pocitano, Uruguay salió a comerse los chicos crudos con tres puntas que no rindieron a pleno pero que demostraron a cuentagotas su calidad. El tridente Suárez-Forlán-Cavani, por la lesión de este último y por la necesidad de clasificar mutó en una formación con cuatro volantes y dos puntas. A la hora de los bifes Uruguay es más amarrete y, aún siendo el preferido en las apuestas difícilmente salga a provocar el error peruano. ¿Por qué? Porque el conjunto incaico, ha demostrado ser muy aplicado tácticamente y ha ido ganando confianza con el correr de los partidos. Perú no es sólo Paolo Guerrero, un elegante centrodelantero. Es también, la habilidad de Vargas, la dinámica de Acasiete y la solidaridad de todos. Razón por la cual, si Uruguay presiona muy arriba, la contra rápida puede traerle dolores de cabeza. El Uruguay que jugó en San Juan no pegó. El de esta noche no regalará nada. Será un partido distinto. FABIO GARBI
