Podría provocar una profunda crisis al interior de la Concertación, acompañada de una catarsis y conflictos entre sus partidos. Incluso, algunos analistas ven hasta un quiebre definitivo del bloque, pero otros apuntan más bien a una reformulación del conglomerado. Piñera debería poner a prueba su reconocida capacidad para negociar, ahora en el ámbito legislativo, ya que si llega al palacio presidencial enfrentará un Congreso más fragmentado y un Senado dominado por la centroizquierda.

Favorecido por una esperada recuperación de la economía tras la recesión en que cayó el país el año pasado, Piñera podría enfrentar mayores demandas laborales del sector público, aunque también debería lidiar con los poderosos sindicatos del rubro minero, forestal y minorista.