1º – Acueste a su hijo temprano y levántelo con tiempo para desayunar.

2º – Prepárele la mesa de una forma atractiva.

3º- Ofrézcale la fruta lavada y los demás alimentos preparados y a su alcance.

4º- Fomente su responsabilidad ayudándole y estimulándole a preparar su desayuno.

5º- Vigile la dieta general y los hábitos higiénicos.

6º- Escuche a su hijo. Los niños que no desayunan dicen que se levantan con sueño, que no tienen tiempo, que no les gustan los alimentos que les ofrecen para desayunar, o que no tienen apetito. Hay que ayudarlos a poder resolver su desayuna para que hagan un hábito del mismo.

7º- Siempre que le sea posible, desayune con su hijo; el ejemplo es el mejor consejero.