El 30 de enero, cuando comenzó la segunda rueda del Argentino B, fue el principio de un calvario para Marcelo Rubén Laciar. El experimentado delantero, que hoy tiene 35 años, sigue su derrotero esperando que de una vez por todas, lo operen. Es que la rotura del ligamento lateral interno de la rodilla izquierda lo ha sacado de las canchas y el Gino sólo sabe que debe esperar. Parecía que esta semana era el día. Fue lunes y martes al Servicio de Traumatología del Hospital Rawson y no había cama. Lo pasaron para el jueves y tampoco. La impotencia le está ganando el partido a un jugador que no quiere retirarse por una lesión y que siente que aún le puede dar más al fútbol.

El compromiso de operarlo le corresponde a Unión, club con el que Laciar tiene vinculación hasta el final del actual Argentino B. El Gino es muy importante en la conformación del plantel y todos sus compañeros están más que angustiados por la situación que vive en delantero que nació futbolísticamente en Arbol Verde y llegó a jugar en Primera División con San Martín en 2007.
Hoy, Laciar es pura tristeza y ya se resignó a esperar que se de esa operación de una buena vez: “Yo hice todos los trámites en Acción Social. Tati Pizarro y Javier Rodríguez me ayudaron un montón para que el expediente saliera rápido. Tengo todo, desde las vendas elásticas hasta las muletas pero ya no depende de mí. Hablé con el Dr. Daniel Luque y hay que esperar que haya una cama en el Hospital Rawson para que me puedan intervenir. Eso es lo que quiero. Nada más. Operarme, hacer la recuperación y volver a jugar. Quiero retirarme adentro de una cancha y no por una lesión. Sólo quiero que alguien agilice las cosas para recuperar mi salud”.