Algunos de los guardias que declararon por esta última fuga señalaron que alrededor de 10 cámaras de video, de las 25 instaladas en el Sector IV, no estaban funcionando. También dijeron que las puertas de las celdas no cerraban bien porque estaban dañadas. A la vez mencionaron las sobrecargas horarias y la falta de personal como otras fallas que venían sucediendo en los turnos.