Paulina Gallardo, con 3 años de edad, fue la participante más pequeña del certamen. Wenceslao Carrizo, fue el que de mayor edad, 74 años. Si bien, a ambos los separan 71 años, su punto en común es la pasión por el patinaje.

“Con sólo 3 años Pauli se pone los patines sola e insiste todo el tiempo para que la llevemos a la pista”, comentaba Tirena, la madre de la niña. Paulina siempre que va a practicar a su club llamado Riojano, de La Rioja, se pone su cancán y su pollerín. “Nunca va de pantalón de gimnasia, le encanta vestirse como cuando tiene que competir”, decía Tirena. Y agregaba “las coreografías que realiza van con música de payasito”.

Por su parte, Wenceslao aprendió recién a los 12 años a patinar. “Ibamos a practicar con unos amigos a unos veredones que había en el Parque de Mayo”, recordaba el hombre. Gracias al patinaje artístico, Wenceslao conoció varias provincias del país y a muchísima gente. “Tengo amigos en toda la Argentina”, comentaba el hombre. Y su pasión por los patines no se quedó sólo en él. Se trasladó a través de generaciones. Su hija también practica el patinaje artístico y hasta sus 3 nietos. Todos participaron ayer en la competencia que de desarrolló en el estadio.