"Solamente falta que venga la Catherine Fulop. Parece Talento Argentino", exclamó una mujer al recordar un programa de TV, mientras su hija asentía con la cabeza, concentrada y sin dejar de mirar lo que pasaba frente a ellas. La feria artística de estudiantes secundarios de colegios privados en la Peatonal fue tan bien lograda, que se asemejó a una selección de artistas, sólo que sin un estrado con jurados. La chica del canto dulce, las piruetas de un grupo de bailarines de tango, el impecable vestuario de una obra de teatro y el carisma del alumno que se defendió sólo con su guitarra fueron los momentos más altos de la Expoarte 2010, que se hizo por primera vez con alumnos de colegios privados y en el marco de los festejos por los 45 años de la educación privada de San Juan.

Más de un centenar de estudiantes copó ayer el cruce de las peatonales Tucumán y Rivadavia, donde gente que pasaba apurada se detenía igual a mirar la oferta artística de 14 colegios privados. La Expoarte fue una idea del Consejo de Directores de Escuelas Secundarias y consistió en "mostrarle a la sociedad cómo se trabaja el arte en los colegios", dijo Silvia Migani, miembro del Consejo.

La propuesta fue tan variada, que arrancó con una actuación de la orquesta del Colegio Saint Paul, siguió con canto y danza del Don Bosco y la actuación de una alumna del San Bernardo que cantó temas bluseros y de jazz en inglés. La chica se robó los aplausos, porque pese al ruido propio del movimiento en las peatonales, logró generar un clima especial.

Luego, cuatro parejas de tango del Santo Tomás de Aquino salieron a escena y pese a un inicio tímido, se fueron soltando y terminaron con complicados movimientos aplaudidos a rabiar, con gritos aislados en el público, típico de las fans. Pero, sin descanso, vino otra muestra que siguió generando admiración. Fue de los chicos de la materia Teatro de la Fray Mamerto Esquiú, quienes hicieron una coreografía de Shrek, la obra que presentarán el mes que viene en el Teatro Sarmiento. El vestuario estuvo muy bien cuidado e hizo olvidar justo a Shrek, ya que quien iba a representarlo no llegó a tiempo.

Mientras en el improvisado escenario se sucedía un concierto de flautas, una presentación de estatuas vivientes, una seguidilla de bailes que incluyó vals, el folclore y el tango, pasando por el rock y el cuarteto, en los costados se instalaron soportes donde los chicos de diferentes colegios expusieron sus dibujos, pinturas y poemas. Además, hubo un gazebo donde se emitió constantemente un corto hecho por los alumnos de Nuestra Señora de la Consolación de 25 de Mayo, mientras que al lado, unas estudiantes del Colegio Orzali pintaban rostros con técnicas de maquillaje artístico.

El cierre fue de un chico del colegio Bernardo Houssay quien, rasgado de guitarra mediante, le puso el broche a la Expoarte con el clásico inoxidable de Serú Girán, Seminare, tarareado por todos los que ayer vivieron una mañana diferente en la Peatonal.