Dijo que no sabe qué hacer, que la situación lo tiene preocupado y que jamás pensó que Nerón, su perro, podía generarle un dolor de cabeza el día que su hijo lo llevó a casa. Mauricio Balmaceda es el dueño de un pitbull que la semana pasada atacó a un nene de 9 años que jugaba en la vereda, al escaparse del fondo. El chico sufrió varias lesiones y Balmaceda reconoció que sus vecinos le pidieron que se lleve al animal del barrio Hualilán, Rawson. Pero el hombre reconoció que si toma esa decisión no tiene dónde hacerlo, además dijo que el Estado no tiene un espacio para ese fin y que tampoco puede abandonar a su mascota en cualquier lado. A su vez, desde Salud Pública le indicaron que debe vallar su fondo para evitar otras fugas, entre otras medidas, pero no le consultaron sobre si tiene fondos para hacer esa obra, que de paso no es simple pues en ese sector de la vivienda hay otra casa, con acceso independiente.
Hace unos días, el perro de Balmaceda aprovechó que una puerta lateral quedó abierta y al salir atacó a un vecino que estaba jugando en la vereda, provocándole lesiones en distintas partes del cuerpo. El niño se salvó de algo peor porque su instinto lo llevó a cubrirse la cara y el cuello, por lo que ahora se recupera favorablemente de las mordeduras.
‘Fue la primera vez que mi perro mordió a alguien y quiero aclarar que no se escapó porque dejamos la puerta abierta a propósito. En todo momento ofrecí toda mi ayuda a la familia del nene mordido y me puse a disposición tanto de ellos como de las autoridades. No me hice a un lado, sino que estoy dando la cara. Nerón es mi mascota y quiero tenerlo, pero si los vecinos creen que debo sacarlo del barrio me enfrento a un problema por qué no sé cómo actuar’, dijo el hombre.
Es que contó que no tiene familiares o allegados que dispongan de un lugar espacioso y a la vez tiempo y predisposición para cuidarlo. ‘No es cuestión de llevarlo a una finca y que el dueño después tenga problemas por mi perro. Por eso fui a Ambiente y a Salud Pública para pedir asesoramiento, pero me dijeron que no hay un lugar a cargo del Estado que dé refugio ante estas situaciones’, expresó.
A su vez, la Sección Zoonosis del Ministerio de Salud Pública intervino en el caso y además de vacunar al animal y ponerlo bajo observación 20 días antes del alta, le pidió al propietario que coloque un vallado o un alambrado en el fondo de su casa como medida preventiva por posibles nuevas fugas de Nerón, lo que enfrentará a Balmaceda a otro problema: asumir un gasto para esa estructura y cómo construirla de modo tal que no afecte la vida cotidiana de sus familiares que viven en el departamento de la parte posterior.
Además, le solicitaron ejercitar frecuentemente al animal y pasearlo con correa y bozal, para acostumbralo también el contacto con otras personas.
‘La situación es un dolor de cabeza y hasta estuve cuatro horas en la Policía cuando acudí por una citación. Fue en la comisaría 25 y recibí un trato para nada amable, agresivo, como si fuera un delincuente. Lamento lo que pasó con mi vecino y a la vez Nerón es mi perro y no me arrepiento de tenerlo. La verdad, uno nunca espera pasar por situaciones así’, expresó.

