La relación entre Juan Carlos Pallarols con el papa Francisco nació hace mucho tiempo. “No puedo decir que somos amigos, somos conocidos, pero nos conocemos hace años. Le llevamos juntos el cáliz al Papa Benedicto XVI al Vaticano. A su vez, el vivía acá cerca de mi casa. Me lo he cruzado varias veces en el barrio caminando por ahí. Me lo he cruzado en la peluquería, esperando su turno como todos los demás. Sinceramente nunca, pero nunca lo he visto hacer uso de su jerarquía eclesiástica. Quizás el mundo hoy se sorprende de la simpleza, sinceridad y austeridad de Francisco. El hecho de que viaje en colectivo o en tren, que se detenga a saludar a la gente, que le llame al canillita para decirle que no le va a comprar más el diario es algo nuevo para la Iglesia, pero para la gente que lo conoce es de lo más normal, es algo que forma parte de su esencia”.