En una declaración, Suez, el grupo energético belga-francés, dijo que “respeta las decisiones de las autoridades y, consecuentemente, analizará otras alternativas mejores”. Pero ni Piñera ni el grupo GDF Suez mencionaron alternativas del nuevo emplazamiento del complejo, que contempla una inversión de 1.100 millones de dólares.

Pese a las presiones de ecologistas y del mismo presidente Piñera, GDF Suez aseguró que el proyecto Barrancones cumplió

con todas las normas y regulaciones ambientales de Chile y con estándares ambientales del Banco Mundial y de la Unión Europea.

Días atrás, GDF Suez, dueña del proyecto, salió también en su defensa de la central energética. “No veo ninguna razón técnica ni que se ajuste a las condiciones que la normativa establece para que esta central no pueda operar. Es un muy buen lugar para instalar una central. Es un proyecto que será un beneficio para el país”, afirmó Walter Porcel, gerente de Suez Energy.