Sugerir un cambio en el horario de ingreso matinal a la escuela no es tan sencillo como parece, ya que hay otras cuestiones -más allá de una decisión política sustentada- de las que depende tal decisión, como por ejemplo las falencias en la infraestructura escolar (que por ejemplo debe dar cabida a dos turnos en un mismo edificio por lo tanto los que van a la tarde como a la mañana deben tener el tiempo suficiente para cubrir toda las exigencias de la currícula) e inclusive las comodidades dado los factores climáticos de San Juan. De todos modos, hay algunas ideas que pueden ayudar para que el alumno y la institución escolar repiensen y básicamente, pongan en práctica tanto dentro como fuera de la escuela.
 
La doctora Ana María Maffeis propone por ejemplo que:
 
.Un chico debe dormir 8 horas efectivamente. Diez, si va a la primaria. Por lo tanto, debería acostarse a un horario razonable: antes de las 0 hora para levantarse en condiciones a las 8.
 
 
.Para que el sueño sea reparador debe dormirse en un espacio adecuado y tranquilo, No debe exponerse de noche a las pantallas con longitud de onda corta de la luz que estimulan al cerebro en lugar de relajarlo, como son computadoras, celulares, etc. "Hay que respetar las horas de sueño y la naturaleza de nuestro cuerpo, de nuestro lugar geográfico y de nuestro planeta, por ende hay que dormir de noche y vivir de día”, asegura.
 
 
.Debe tener un hábito alimenticio ordenado en calidad, en cantidad y en horarios. Respetar fundamentalmente el desayuno, que tiene que ser óptimo y nutritivo para compensar la cantidad de horas sin comer. Pero también hay tener en cuenta las meriendas fraccionadas cada 2 horas, tanto en la mediamañana como en la tarde. Recordar que una cena liviana favorece el descanso. Es fundamental también, la ingesta de líquidos suficientes.
 
 
.Debe desarrollar una actividad física. "El adolescente está creciendo y está en un escalón hormonal importante de su vida entonces tiene que desarrollar una actividad física aeróbica -que implique el consumo de oxígeno- para adecuar también su sistema cardiovascular. Pero a su vez es un respiro para producir intelectualmente y una oportunidad para hacer relaciones sociales y emocionales en esta etapa en que ambas son herramientas fundamentales y favorecen el aprendizaje para la vida”, explica la neuróloga especialista en Medicina del Sueño.
 
 
.La escuela puede adecuar las materias al horario. "Para que los chicos se despierten lo más aconsejable es poner en las primeras horas materias que los activen como música, educación física, plástica, inglés inclusive. Mientras que las que implican mayor concentración y pasividad, dejarse para el resto de la jornada. En la actualidad, en las escuelas, sucede lo contrario”, agrega.
 
 
.En la medida de las posibilidades, el gabinete escolar debería evaluar el tipo de estudiantes que hay en cada aula para conocer si tienen hábitos diurnos o nocturnos. La Medicina del Sueño clasifica en "alondras” o "búhos”, según sus ritmos biológicos, a quienes son más productivos en la mañana o la tarde-noche. Con esa información podrían sugerir a los padres escuelas con horarios más adaptados a las necesidades de cada chico. E inclusive, compartir estos datos con los docentes para que sepan con qué tipo de alumnos se van a encontrar, cómo se les tienen que exigir, entre otras cuestiones para favorecer el aprendizaje.