Fue un proyecto soñado y deseado por todos los cauceteros. Tan es así que en abril del 2010 la gente del departamento celebró con bombos y platillos la apertura de la Terminal de Caucete. Pero hoy en día, el edificio que costó 19 millones de pesos, es más requerido por las oficinas públicas que atienden en el lugar que por los servicios de colectivos de larga distancia. A esto se suma que el sitio está deteriorado y desde hace 5 meses la confitería no funciona.
De los 60 colectivos que transitan diariamente por la Ruta Nacional 20 rumbo al Norte y Este del país, sólo 10 hacen escala en la Estación Terminal de Ómnibus de Caucete (ETOC), el resto continúa por la ruta que bordea al centro del departamento. Esto sucede, según dijeron desde Tránsito y Transporte, porque no se venden boletos suficientes que justifique mayor actividad en la Terminal. Es por esto que la mayor cantidad de cauceteros que llega a este sitio lo hace para realizar trámites en Anses o en el Registro Civil. Por ejemplo, de un promedio de 80 personas que pasan por allí por mañana, 70 lo hacen para acudir a alguna de estas reparticiones. El resto de personas va a alguna boletería o son remiseros que esperan un pasaje. El movimiento es mayor de mañana. Por la tarde, el edificio permanece casi vacío.
‘Nadie se preocupa por la Terminal. Hace 5 meses que no riegan el pasto. El mismo tiempo lleva rota una de las puertas de ingreso al edificio y por eso la tuvieron que clausurar. Además, la oficina de información turística que pertenece al municipio está cerrada todo el día y los pocos visitantes que llegan nos consultan a nosotros sobre los lugares que pueden visitar‘, dijo Carlos Pereyra, remisero caucetero. Mientras que Fabricio Castro, otro caucetero, agregó que ‘en el baño de hombres hay un cuerpo que tiene la puerta cerrada con cinta y está así desde hace 3 meses. Esto es a pesar de los numerosos reclamos‘.
La Terminal fue un anhelo de los cauceteros y la primera vez que se habló de ella fue en 1985. Luego, en 2007 se licitó la obra y fue elegida la oferta de la constructora Cicón que entregó el edificio el 26 de abril del 2010, día en que se realizó una fiesta a la que asistieron unas 500 personas que disfrutaron de espectáculos musicales. Pero recién en agosto ingresó el primer colectivo con pasajeros. Casi un año después, en marzo del 2011, abrió el primer local comercial y que fue un maxikiosco. Dos meses después se sumó el resto de los comercios que completaron los locales, entre ellos estaba la confitería, que ahora está cerrada porque nadie quiere hacerse cargo de ella.

