Con voz tranquila y hasta con un poco de pudor por ser el centro de tanta atención, Marcelo Herminio Araya, un jubilado de 81 años, accedió a contar su historia de vida, justo el día en que recibió el título terciario por haber completado los cuatro años de Capacitación Laboral en Inglés, en la Escuela Balcarce, de Santa Lucía.

‘Estoy muy contento por haber conseguido el título. Seguro que esto es cosa de mis compañeros‘, adivinó el hombre que tiene hasta 4 veces más edad que la mayoría de sus compañeros de curso. La diferencia generacional, sin embargo, no fue obstáculo para trabar amistad con los jóvenes. ‘Nosotros lo queremos mucho porque siempre ha sido muy bueno, muy atento y amable con todos. Siempre tiene buena onda‘, resumió Tatiana Robledo, una jovencita de 17 años que fue su compañera de escuela.

El idioma inglés siempre fue motivo de atracción para Marcelo. ‘Yo trabajé en el aeropuerto, hice toda la carrera ahí, hasta llegar a ser operador. Todas las instrucciones se daban en inglés, había manuales en inglés que yo no podía entender. Aprendí lo necesario, pero siempre me quedaron ganas de aprender más. Y ahora que tengo tiempo, lo hice‘, sintetizó.

Tanto empeño puso en conseguir aquello que empezó como una necesidad laboral y con el tiempo fue quedando como asignatura pendiente, que llegó a ser uno de los mejores. ‘En la escuela hay 8 especialidades, entre las cuales se elige a los integrantes del cuerpo de bandera. Don Marcelo quedó como escolta por su promedio, algo que no es poca cosa teniendo en cuenta todos los alumnos que compiten para alcanzar ese honor‘, dijo su profesora de Inglés, Lucy Merino.

Hincha de Sportivo Desamparados, en San Juan, y del Racing Club a nivel nacional, don Marcelo se definió a sí mismo como un inquieto. ‘Me gusta aprender, saber cosas nuevas. Yo leo mucho de todo, porque de esa manera se amplía el intelecto. Pero últimamente estoy leyendo muchas cosas del plano espiritual, que también son necesarias para la paz interior‘, relató.

Servicial y bien dispuesto, los docentes que lo tuvieron como alumno lo califican como alguien siempre listo para ayudar a los demás. ‘Desde un trámite hasta ayudar en un acto escolar, él siempre está presente‘, contó Lucy Merino, su teacher.

Ayer, en un acto donde la emoción fue la constante, Marcelo Ayala recibió su título de capacitación, a los 81 años. Y como cierre, solo atinó a sonreír y repetir en su tono amable de siempre: ‘Estoy contento, porque esto era algo que yo quería. Y bueno, al fin lo pude alcanzar, que es lo único que importa‘, aseguró.