Mientras todo el Gran San Juan estaba reunido en la plaza 25 de Mayo, las personas del resto de los departamentos se juntaron en sus respectivas plazas principales. Y, si bien las actividades que realizaron fueron similares (hubo música, danza, sopaipillas y representaciones del Cabildo), lo que sin dudas unió a todos los sanjuaninos fue la voz: a la hora 0 de ayer, todos entonaron con fervor las estrofas del Himno Nacional, mirando pantallas gigantes con la proyección de lo que se estaba viviendo en el Parque Ischigualasto, que fue transmitido en cadena nacional para celebrar el Bicentenario de la Patria.
El orgullo albiceleste se vivió en cada rincón de la provincia, las banderas argentinas en manos de los sanjuaninos se vieron en todas las plazas y las representaciones del Cabildo en las puertas de distintos municipios fueron una constante.
Otra de las postales que se repitió fue la de los fogones, que ayudaron a calentar las voces en la noche fría del otoño sanjuanino. Calingasta fue uno de los que tuvieron un fogón criollo gigante. La gente se reunió en la Plaza General San Martín (en Barreal) a las 19, para escuchar a la Banda de Música de Gendarmería Infantil y los artistas del departamento. Y a la medianoche, la hora de cantar el Himno encontró a la plaza principal con más de 1.000 personas y a las de los distritos Tamberías y Villa Calingasta también colmadas de público, según datos de la Municipalidad del departamento.
Por su parte, Valle Fértil tuvo festejo doble. Mientras las autoridades estaban reunidas en el Valle de la Luna protagonizando la entonación del Himno que llegó a todos los rincones del país, el pueblo se reunió en la plaza departamental para festejar con espectáculos de academias de danza.
Jáchal también vivió el Bicentenario con su gente unida. Se destacó la representación del Cabildo frente al edificio municipal y una bandera gigante cayendo de un edificio en cuya cima había una mujer representando a la libertad.
En la plaza de Ullum se reunieron unas 2.000 personas bajo una carpa gigante. Y Caucete, con sus barrios, sus semáforos y sus columnas lumínicas pintados de celeste y blanco, fue uno de los que tuvieron el festejo más largo. La gente se reunió a las 15, vio el desfile y los espectáculos artísticos y esperó la llegada de la medianoche para rendir homenaje a la Patria cantando el Himno.