Las tres torres del barrio El Vivero, de Santa Lucía, que se están hundiendo y poniendo en peligro a la gente que vive en ellas, fueron hechas hace unos 15 años por una empresa constructora que perteneció a los ingenieros Roberto Nafá y José Zamarbide, quienes además fueron los encargados de realizar los cálculos constructivos del Centro Cívico. Zamarbide dijo ayer que no sabe qué está pasando en el lugar, pero que en su momento hicieron "todos los estudios de suelo que se exigen para construir un edificio en la provincia".
El hundimiento de las torres, ubicadas en la intersección de las calles Lamadrid y Chacabuco, empezó a ser más notorio después del terremoto ocurrido en Chile en febrero pasado, que también se sintió en San Juan. Esto es lo que contaron los vecinos de barrio, que después de ese día observaron cómo las vigas que unen las torres con las escaleras se habían separado.
Los vecinos habían pedido a Planeamiento que revisara la construcción antes del temblor. Es que desde hace dos años vienen notando que la estructura se está deteriorando. Cuando Nafá y Zamarbide hicieron los cálculos del Centro Cívico, hace casi 40 años, dijeron tener en cuenta todas las normas sismorresistentes que se conocían hasta el momento. De hecho, la inmensa mole de cemento resistió el terremoto de 1977. Y Zamarbide dijo ayer que a la misma precaución la tomaron con las torres de Santa Lucía, así que no sabe a qué se puede deber que se estén hundiendo.
"Estuve fuera de la provincia. No sé qué es lo que pasó en el barrio. Ahora iré al IPV para que me informen. Lo cierto es que en esa época teníamos una empresa constructora llamada Perfil. Antes de la construcción de las viviendas, se hicieron todos los estudios de terreno que se exigen en esa zona. Hubo casos en los que fueron descartadas zonas porque no eran aptas para construir un edificio y no tuvimos problemas en descartarlas", dijo el ingeniero.
Santa Lucía, junto con la parte Este de Rawson, es una de las zonas que más sufren la revenición en el Gran San Juan, es decir que las napas de aguas subterráneas están muy arriba. De hecho, el colapso cloacal ocurrido en Santa Lucía, durante la gobernación de Escobar, fue porque el suelo no había sido compactado lo suficiente, según determinó luego la Justicia.
El caso de las torres de Santa Lucía es especial porque fue el único complejo habitacional de la provincia que sufrió consecuencias con el sismo ocurrido en febrero pasado. Y si bien el movimiento sísmico no fue el causante del hundimiento, aceleró el proceso. Esto es lo que confirmó un informe elaborado por Planeamiento, en marzo pasado, en el que además afirmó que la estructura se encuentra seriamente comprometida. Ayer DIARIO DE CUYO intentó comunicarse con Vicente Marrelli, al frente del IPV, sin éxito. La última declaración del funcionario fue la semana pasada, cuando dijo que llamaría a la UNSJ para que hiciera un estudio del lugar.