Es capaz de recorrer plantaciones de olivos y desplazarse con facilidad entre los parrales sin conductor. Y aunque no es el auto fantástico, el cuatriciclo que acaban de diseñar en el Instituto de Automática de la Facultad de Ingeniería de la UNSJ, es una herramienta que puede facilitar y perfeccionar el trabajo en el campo. Además de autoguiarse, es capaz de detectar cuál será la producción de determinada plantación y qué cantidad de agroquímicos hay que colocar, entre otras funciones. Lo que buscan los investigadores es contribuir con la agricultura de precisión.

Este ‘robot autónomo para entornos agrícolas‘ (así se llama el proyecto) acaba de obtener el segundo premio del concurso nacional de innovaciones Innovar 2011, en categoría Robótica y recibieron la distinción en Tecnópolis.

El cuatriciclo autoguiado puede moverse por los cultivos en forma autónoma para capturar datos que son útiles para luego colocar insecticidas o fertilizantes, por ejemplo. Para ello tuvieron que adaptar mecánicamente el vehículo de 250 cilindradas (el que se utiliza para pasear) y en vez de ser conducido por un obrero, es manejado mediante dos computadoras que son programadas con un circuito específico.

Según dijo Carlos Soria, uno de los ingenieros que está al frente del proyecto, este vehículo es ideal para cuidar el medio ambiente y dar más seguridad a los operarios, porque se puede economizar en el empleo de agroquímicos y tiende a la aplicación automática sin la intervención directa de un ser humano.

El cuatriciclo empezará a funcionar a fin de mes en el predio que tiene INTA en Pocito, según dijo Soria. Lo que empezará a hacer, a través de un software diseñado especialmente para este fin, es recorrer los cultivos para captar información y enviarla en línea a una central de recolección y procesamiento de datos. Estos son usados posteriormente para la aplicación de productos químicos dosificados en la cantidad exacta y necesaria en cada parte del cultivo. El vehículo robotizado está equipado con cámaras de visión especiales y otros sensores para tomar información de detalle sobre el estado vegetativo, el denominado índice verde, la posible detección de enfermedades, de malezas, la medición de sodio, pH, y hasta la superficie foliar. El cuatriciclo robot es supervisado desde una estación fija, donde un operador observa la evolución y el estado del vehículo que posee sensores que hacen que navegue de manera autónoma. Lo que buscan con todo esto es mejorar la productividad.

El cuatriciclo comenzará recorriendo plantaciones de olivos y de vides, pero no descartan que en un futuro pueda ser utilizado en otra clase de terreno. Toda esta tarea está enmarcada dentro de la rama de la robótica agrícola.

A partir de un mapa satelital del cultivo, que se obtiene a través de los datos que recoge el cuatriciclo autoguiado, se planifica el camino por el cual el robot debe navegar, un algoritmo de control define cuáles son las referencias de velocidad y dirección necesarias para que el robot corrija su posición actual a fin de navegar por ese camino. Estos comandos actúan en los servomecanismos de la dirección, aceleración y freno del robot, que de este modo logra la navegación autónoma. Si cuando va navegando encuentra algún obstáculo (el cual es detectado a partir del sensor láser y la cámara estéreo que están ubicados en la parte frontal del vehículo), el robot es capaz de evitarlo y retomar luego el camino original.

Mientras el robot va navegando, va capturando información del cultivo con otro sensor láser que apunta al cultivo para obtener la superficie foliar, y con una cámara multiespectral (cámara que capta otras longitudes de onda, como el infrarrojo) para calcular el índice verde. Los investigadores están realizando tareas similares con aviones autoguiados.