Si una persona va en silla de ruedas por las veredas de Avenida Córdoba, desde Rioja hasta Catamarca, tiene que esforzarse mucho para encontrar un puente que no esté tapado por un auto y además debe ir esquivando los que están en la vereda. Y hasta cruzar por la esquina se hace engorroso porque es común encontrar vehículos detenidos en las ochavas. El sistema de estacionamiento arancelado de la Capital llega hasta calle Santa Fe en su lado Sur. En toda su zona es raro encontrar faltas por mal estacionamiento. Pero a 100 metros de allí, por la mencionada avenida, DIARIO DE CUYO contabilizó por lo menos 2 infracciones de tránsito pasivo en cada cuadra (ver infografía). El ECO todavía no llega a cubrir esa zona, por eso los autos están casi uno arriba del otro. Y hay una constante muy clara: casi todas las infracciones de ese tipo se cometen afuera de la zona donde se cobra por estacionar.

Un lavacoches refregando un parabrisas fue el primero en enojarse durante el relevamiento del lunes por la tarde. "¿Para qué sacan fotos?", decía y sacudía su trapo húmedo como unas boleadoras. En la cuadra siguiente un hombre se subía rápido a su camioneta que estaba en una parada de colectivos e insultaba creyendo que el cronista y el fotógrafo de este diario eran inspectores municipales. Se sabían en infracción y las escenas de insultos y excusas se repitió a lo largo de la avenida Córdoba en pleno centro.

Como mucha gente trata de encontrar un lugar para su movilidad en un espacio gratuito, la avenida se llena. Una línea amarilla no tiene significado. Las personas dejan sus vehículos hasta en la vereda y esperan el aviso de algún cuidacoche por si aparece un inspector.

En el recorrido se vio hasta una escalerita que ocupaba espacio donde podían estacionar holgadamente 2 autos, estaba por Córdoba cerca de Mendoza. Los empleados de un negocio reservaban el lugar. Alegaban que ya volvía el dueño del local, que siempre estacionaba ahí.

En este desorden, los carteles de prohibido estacionar intentar poner orden. Están en la puerta de los garages y hasta en los puentes que dan a la calle, escritos con negro sobre un ineludible amarillo. Sin embargo, los infractores dejan sus autos allí y esperan el aviso de los cuidacoches por si hay quejas.

Del lado de los "pitufos", como les dicen a los asistentes del ECO, casi no se ve infracciones y si hay alguien mal estacionado está en el vehículo por retirarse. Los asistentes no pueden multar, pero pueden avisar a los inspectores sobre las infracciones de tránsito pasivo, es decir de los vehículos mal estacionados.

Desde el municipio afirman que llevan diariamente de 15 a 20 autos con la grúa. Y en un día común pueden realizar unas 150 infracciones. Pero sólo disponen actualmente de 3 inspectores a la mañana y otros 3 a la tarde para todo el departamento. "La gente no aprende y a veces no les importa cuántas infracciones les hagás y ni siquiera si les llevás el auto", comentaba un inspector. El director de la cartera, Luis González, afirmó que "antes de que estuviera en funcionamiento el ECO (actualmente comprende desde Libertador hasta Santa Fe y desde Catamarca hasta Rioja) levantábamos allí por día unos 8 autos mal estacionados, hoy no llegamos a los 3 diarios". De acuerdo con González, no contabilizan la cantidad de multas por zona, sino por inspector. Por este motivo no tienen cifras oficiales sobre la disminución de infracciones en la zona del ECO.